4 de marzo de 2007

ESTÉREO NUEVO (O LA TRUCULENTA HISTORIA DE LOS TOCADISCOS)

Hoy compré a crédito un nuevo reproductor de discos compactos y como siempre, la canción con que lo estrené fue Jealous Guy de John Lennon. Pronto comencé a recordar todos mis anteriores equipos de sonido: el primer tocadiscos que tuve, propio, fue uno que me regaló mi hermana que a su vez se lo habían regalado a ella ya muy viejo tipo portafolios de color verde de dos bocinas pequeñas al que se le caía el plato y tenía que ponerle diurex de diferente grosor al eje para alcanzar la velocidad adecuada, pues revolucionaba a menos de 33 RPM en el caso de los LP´s y a menos de 45 RPM en el de los sencillos, en este oí mis primeros discos de Los Beatles que no eran muchos. Por cierto que si se levantaba el brazo de la aguja, ¡se oía una estación de radio local! Luego mi mamá me regaló otro tocadiscos también portatil de color rojo que funcionaba con corriente alterna pero igualmente con cuatro pilas grandes; más adelante mi mamá me compró una grabadora en Mexico que entonces estaban muy de moda, para oir cintas o audio cassettes. Irene me regaló el primer equipo en forma que tuve que era un panasonic pequeño que luego cambié por uno más grande y en donde escuché infinidad de canciones. Ya cuando trabajaba me compré otro modular, el primero que tuve de pantalla líquida que luego me robaron. Lety Sánchez me regaló (en compensación del otro) un "mini componente" como ahora les llaman, marca Sony de color negro, que todavía tengo arrumbado por ahí. Luego me compré otro de marca bien rara que lo regalé hoy mismo pues poco a poco comenzó a fallar. Finalmente tuve otro de color metálico y que por cierto ya no tenía tornamesa para reproducir acetátos pues como todos sabemos éstos se dejaron de fabricar hace algunos años. Este aparato se lo regalé a Alba y yo me compré el que se ve en la foto con el cual me enfrenté al problema de que no tiene entrada auxiliar que es aquella que sirve para conectar la tele y por ende la video y ahora el DVD para ver conciertos a buen volumen, conflicto que arreglé con una conexión de teléfono, en la entrada para discman. Aparte de estos, también tuve un pequeñito que se lo vendí a Blanca y en mi estudio tengo otro también pequeñito. Los aparatos de música eran y siguen siendo muy importantes en mi vida pues soy un melómano insufrible: lo que más me gusta en la vida es la música y sin ella, simplemente no puedo vivir.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Veo que no solo la musica, escribir y jugar ajedres son tus entretenimientos También coleccionar equipos de sonido, en nora buena, no cambies ni tus gustos ni tu forma de ser.