15 de marzo de 2007

GLASS HOUSES

A lo mejor por que ayer disfruté como pocas veces el álbum Glass Houses de Billy Joel mientras hacía mis caminatas de una hora con mis audífonos, -que esta vez fue por el Jardín Pasteur, viendo y mejor, sintiendo, el ayer, el hoy, el mañana, las casas, el atardecer, la gente, la naturaleza, el espíritu lo material y las chicas-, fue que hoy tuve muchas ganas de oír música, y la oí, gracias a Dios.
Ayer mientras caminaba pensando en la vida y muerte, oyendo este álbum tan especial para mi de Joel, recordé el día que compré el vinil en la discoteca Alejandro de la calle Guerrero, iba yo convencido de lo que hacía, pues en mi estación de radio favorita de entonces, los años ochenta: Sono Mil 101 FM, conocí al menos tres canciones del disco que despejaron cualquier duda sobre su compra: ésta resultó ser necesaria. Aquél día cuando adquirí el trabajo de Billy Joel de portada azul, mientras subía por la calle de Gómez Pérez, rumbo a mi casa de Amado Nervo 516, abrazando el fonograma, no resistí la fuerte tentación que llevaba en mis manos, y de plano abrí el disco que estaba guardando para cuando ambos llegáramos a mi tocadiscos: Y oh sorpresa: ¡¡ el disco traía las letras en inglés!! Eso hizo que me entusiasmara todavía más del artefacto que llevaba conmigo y apresuré el paso, todo por escuchar cuanto antes este maravilloso álbum sin par, que muy pronto se convirtió en mi favorito, pues lo oía a todas horas. Es un disco perfecto, de principio a fin y por lo pronto, lo catalogo como una de las producciones más importantes de todos los tiempos, es un disco que puedes oír completo sin quitar la aguja. Y conste que yo soy un beatlémano prejuicioso y radical en tratándose de música. Pero aparte de los Beatles, éste y el de Bob Seger Against the wind, creo son álbumes superiores a todo. El Glass Houses me trae muchos recuerdos y por eso mismo me atrevo a recomendarlo a todos aquellos que deseen oír buena música. Canciones como All for Leyna o I don’t wanna be lonely anymore, son de mucha emotividad.
Contrario a lo que pudiera pensarse de que he ido a muchos conciertos por ser gran melómano y amante sin freno de la música, en toda mi vida sólo he ido a un concierto de Bob Dylan y a otro de Billy Joel ambos en el Palacio de los Deportes de la ciudad de México, más cinco conciertos de Paul McCartney también en nuestra ciudad capital D.F. A Paul también lo ví en vivo en 1990 en Boston y en 1993 en Houston. En tanto a Ringo Starr lo ví en 1989 en Los Ángeles y en 2003 en San Diego.
Por cierto que hoy en la mañana inventé otra frase (aparte de la que dice “Deja brillar la luz del amor en Pachuca”, o la que reza: “Soy feliz por respirar este aire, pero soy mucho más al compartirlo contigo”), la nueva frase dice: “Si la vida es un sueño, sólo sueña intensamente, no seas tonto” Derechos Reservados. Copyright 2007.