8 de diciembre de 2008

CHETUMAL


Tuve oportunidad, por motivos de trabajo, de conocer el último baluarte sureño de México: la bella ciudad de Chetumal.

Su nombre proviene de Chaktemal por chakte': nombre de un cierto tipo de árbol rojo. Significa: Lugar donde abunda el chakte'. Fue una población maya irreductible hasta que el teniente porfiriano Othón P. Blanco fundó oficialmente la nueva población, el 5 de mayo de 1898, con vecinos provenientes de Corozal y de otros lugares de la península y la bautizó como Payo Obispo, nombre que se cambió por el actual el 16 de febrero de 1937 cuando por decreto se retiraron todos los nombres de origen religioso a los pueblos y ciudades del antiguo territorio mexicano. El 19 de septiembre de 1955 el huracán Janet destruyó a la ciudad y murieron alrededor de 500 habitantes. Tras el desastre, Chetumal fue reconstruido como una ciudad moderna, dejando atrás su antiguo aspecto caribeño, aunque todavía se conservan tres o cuatro ejemplos de antiguas casas de madera.



A Chetumal se le conoce como la Cuna del Mestizaje pues el náufrago español e intérprete Gonzalo Guerrero se casó con la princesa maya Zazil Há de donde nacieron los primeros mexicanos.
Tiene muchos puntos de ensueño pero acaso su mayor atractivo sea su bahía de hechizo insólito, la cual es la más larga de toda la península y donde se degustan exquisitos platillos hechos con mariscos y se disfrutan hermosas puestas de sol acompañadas del incomparable canto de las aves cuando buscan refugio en las copas de los árboles del atardecer.



Otros lugares dignos de una visita son el Museo Cultural, el Zoológico Botánico, el Centro de las Artes, el Museo Maya y el Palacio de Gobierno con sus interesantes murales. En las cercanías está la laguna de Bacalar con los siete cenotes que la alimentan, ahí desemboca el Río Hondo, frontera natural y límite entre México y Belice.
En sus alrededores se encuentran las zonas arqueológicas de Kohunlich y Dzibanché donde se vive la magia de las ciudades mayas llenas de colores, sonidos de caracoles marinos y tambores típicos de la costa selvática, tierra del jaguar, de los monos y de exóticas aves. Se distingue por los distintos estilos arquitectónicos que presentan sus construcciones, con un predominio mezcla de la herencia maya y el romántico estilo inglés del cual se tomo influencia durante la época en que empresarios ingleses se asentaron en la ciudad.



La capital de la vigorosa entidad de Quintana Roo, (es el estado que más hoteles de cinco estrellas posee), tiene sus calles llenas de palmeras y todas muy parecidas unas de otras. Es una ciudad en constante crecimiento, de hecho están construyendo un mirador de acero que será un poderoso imán para los turistas. Es, finalmente, una ciudad tranquila pero no aburrida, es puerta con Centroamérica y punto de arranque a Belice y a otros puntos de la esplendorosa Riviera Maya.