23 de noviembre de 2017

MARGINACIÓN SOCIOECONÓMICA Y EDUCATIVA EN ALGUNAS COLONIAS Y BARRIOS DE PACHUCA

La cabecera municipal de Pachuca, la ciudad llamada oficialmente: Pachuca de Soto, se encuentra dentro de una zona metropolitana que colinda con otros núcleos poblacionales que comparten algunas similitudes y problemáticas urbanas – debidas entre otras circunstancias a la cercanía geográfica y los servicios públicos que requieren cotidianamente-, esto es visible en sus colonias, barrios, comunidades, rancherías y ejidos. Precisamente esta contigüidad física es lo que hace a la distancia, nada fácil distinguir la división política entre un municipio y otro. El caso más emblemático es el municipio donde está asentada la capital del estado, en relación con Mineral de la Reforma.[1]
Estos núcleos conforman una de las tres zonas metropolitanas con las que cuenta nuestra entidad[2]; su rango demográfico oscila entre 500 mil y un millón de habitantes, lo que la ubica dentro de las 30 primeras zonas metropolitanas con mayor densidad de todo el país. Los municipios colindantes son: al norte  Mineral del Chico y Mineral del Monte; al sur  Zempoala y Zapotlán de Juárez; al este Mineral de la Reforma y Epazoyucan, y al oeste San Agustín Tlaxiaca.​ Estos municipios comparten, como ya se dijo,  algunos inconvenientes comunes como el transporte público, servicios básicos y seguridad.
De acuerdo a algunos datos del Consejo Nacional de Población (CONAPO), el Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (INEGI) y la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL, Pachuca tiene una constante tendencia de crecimiento poblacional, debido entre otras circunstancias a la migración, tanto citadina como rural, en el primer caso se dio básicamente  desde los sismos de 1985, cuando mucha gente de la Ciudad de México y del Estado de México, decidieron adquirir viviendas en Pachuca, preferentemente en la parte sur de la capital hidalguense, (se decía que la Bella Airosa, era la provincia más cercana a la gran metrópoli). En lo referente a la población rural, muchas personas, primero  hombres y mujeres, y después familias, decidieron cambiar de residencia en busca de mejores oportunidades, tanto en el ámbito laboral, como educativo.
El municipio tiene una tasa de crecimiento del 0.9 % (y una densidad media de 86.4 habitantes por km cuadrado). Pachuca tiene 267,862  habitantes y los años promedio de escolaridad entre sus moradores es de 13.946; lo que nos arroja un alto índice de desarrollo humano, en relación a otros municipios hidalguenses.
De hecho, la población menor a los 18 años de edad en todo el estado de Hidalgo, equivale a poco más de un tercio: 35.9%, cifra no muy distante de la que corresponde a la mediana de Pachuca. Por otra parte, casi un niño de diez años, es indígena o de origen indígena. Y de éste rango, las niñas son más susceptibles de carecer de algunos aspectos tan importantes como la atención sanitaria. En visitas y entrevistas a enfermeras y trabajadoras sociales de centros hospitalarios[3], se percibió el alto número de niñas de alrededor de catorce años que están embarazadas o que ya tuvieron un bebé.
Existen algunas colonias donde la población vulnerable, -niñas, niños, adultos mayores y mujeres-, corre más riesgo de sufrir de marginación, especialmente en lugares donde la delincuencia, pandillerismo, violencia familiar, inequidad de género, desigualdad en el trato a personas con discapacidad, la pobreza  y adicciones, es más probable que se cultiven o que se presenten debido a la marginación educativa, económica y social. Muchas veces también tiene que ver con lo dificultoso que resulta el acceso a barrios altos como los ubicados en las partes últimas del cinturón de seguridad.
En trabajo de campo, hemos detectado que colonias como La Raza, Felipe Ángeles,  La Loma y otras, son más susceptibles de padecer de alguna forma, marginación o separación social.
Por el análisis de los datos mostrados en la introducción, creemos que es necesario fortalecer sobre todo en la población estudiantil de nivel básico y medio, programas y acciones de carácter cultural, como complemento a su educación formal estandarizada, tales como visita a museos, elaboración de talleres pedagógicos, actividades lúdicas didácticas, integración con su comunidad a través del conocimiento de costumbres y tradiciones y un gran ejemplo de esto es que los niños conozcan la diferencia entre una ofrenda o altar de muertos que es una ancestral práctica sincrética que tiene origenes prehispánicos, respecto al Halloween. Es muy diferente la celebración de los fieles difuntos a un concurso de disfraces orientados al terror. El día de muertos en Pachuca se vive como una fiesta multicolor, lo mismo pasa en las diferentes regiones de Hidalgo, como la zona Tepehua, el Valle del Mezquital o el fascinante xantolo de la Huasteca. En trabajo de campo, también detectamos que es más común, hacer una fiesta de Halloween en las primarias particulares de Pachuca, que en las públicas. Es notoria la importación de modelos extranjeros respecto a los mexicanos.
Las expresiones artísticas encaminadas a estos fines, también son de gran ayuda: literatura, (Narraciones, leyendas, cuentos), Música (Huapangos, entre otros), y en fin,  actividades que consoliden la identidad de niños y adolescentes. Las dinámicas recreativas y el deporte también son coadyuvantes. Desde luego la revisión y actualización jurídica, relacionada a los derechos de este sector tan importante, es oportuna y necesaria. 
Lo anterior forma parte de la inclusión que va aparejada para mitigar o eliminar la marginación social entre la población infantil y juvenil. Creemos que no sólo debieran hacerse acciones dirigidas específicamente a este grupo poblacional, sino además llevar a cabo proyectos o programas que circunscriban a toda la familia, pues ésta es el valor más importante para contar en un futuro no muy lejano, a mejores ciudadanos, que se sientan orgullosos del pasado, pero también de la modernidad que nuestro municipio convida. Sería muy interesante combinar de alguna forma la tecnología actual, con los grandes momentos históricos que nuestra vieja ciudad minera nos obsequia a todos los que vivimos aquí.
  




[1] Lo mismo pasa en otras zonas metropolitanas como Guadalajara o Monterrey, donde algunos de sus municipios colindantes, tienen un menor grado de marginación, como San Pedro de los Garza (o Garza García), Nuevo León. En este caso, Mineral de la Reforma tiene mejor nivel de vida que Pachuca, sobre todo por el número de colonias, vialidades y contribuyentes.
[2] Existe otra, Tizayuca, pero esa queda dentro de la zona metropolitana del Valle de México.
[3] El caso del Hospital General de Pachuca.

No hay comentarios.: